martes, 30 de agosto de 2011

Entrevista a SENOGUL - Agosto 2011 (1a parte)


El grupo asturiano SENOGUL ha editado su tercer trabajo discográfico, un álbum que recupera el tono progresivo desarrollado en su álbum debut y trasnmite claramente la experiencia vivida durante estos años. A continuación tenéis la entrevista realizada a los miembros del grupo, donde nos cuentan sus opiniones y vicisitudes para la realización del álbum, así como algún detalle mas que interesante.

“nuestra música puede resultar incomprensible o poco digerible por la masa en general y suele ser más apreciada entre los músicos y los oyentes experimentados y de mente abierta…”
Pablo de SENOGUL

- Entrevista a SENOGUL (Agosto 2011) -

J: - Además de Senogul, a nivel particular estáis inmersos en varios proyectos ¿Podríais hablarnos de ellos?

Eduardo: todos los miembros de Senogul solemos implicarnos en otras actividades musicales paralelas al grupo. En mi caso, intento mantener una trayectoria sólida como instrumentista de estudio y de directo junto a otros músicos, siempre que el proyecto me interese; también como arreglista y, en ocasiones, director musical. El folk, el jazz y el pop siempre me han atraído mucho, al igual que la música académica y los discursos de fusión. Uno de los más próximos a la filosofía de Senogul ha sido Cuac!, cuarteto en el que milité junto a Pedro A. Menchaca y cuyo disco debut publicamos con Disconsonancia. También como musicólogo me dedico mucho a investigar y a escribir artículos sobre rock progresivo, profundizando en el análisis estilístico y en los elementos socio-culturales adquiridos en la escena de la Transición española. De hecho, es uno de los temas fundamentales de mi tesis doctoral, algo que también estoy llevando a cabo con un grupo de investigación internacional integrado por distintos especialistas y autores interesados en el estudio del género.

Pablo: después del segundo disco de Senogul comencé a componer y grabar temas a los que podría denominar como “folclores imaginarios”, pues utilizo instrumentos de todos los continentes, elaborando unas composiciones totalmente eclécticas y libres, inclasificables desde el punto de vista estilístico. Cuando reúna una duración musical suficiente pretendo editar estos temas como algo íntimo y totalmente personal, pero que me gustaría compartir con todo aquel que esté dispuesto a escuchar. Aparte, fundé junto al acordeonista Alejandro M. Ares el proyecto denominado Melange, con el que editamos un único disco hasta la fecha (bajo el sello de Disconsonancia) en el que tratamos diferentes tipos de música (tango, pasodoble, forró brasileño, clásica española, psicodelia, etc.), siendo el acordeón el instrumento principal. En Melange actúo como compositor, intérprete y productor. Actualmente también ofrezco mis servicios a quien me requiera como “pintor de sonidos” o “alquimista sónico” en sesiones de grabación o música en directo.

Pedro: yo he editado un disco en solitario, Arco iris de lluvia ácida, bajo nuestro sello Disconsonancia. Es una recopilación de composiciones propias de estos últimos años, donde colaboran músicos de la órbita de Senogul. También sigo participando en la célula de libre improvisación Colmena, y en cualquier “bombardeo” al que me llamen para hacer sonar cosas.

Israel: por mi parte, desde hace años compagino mi actividad en Senogul con la de guitarrista de la Gigia Sax Band, una big band en la cual hacemos versiones de clásicos de los últimos 50 años. Por otro lado, siempre estoy abierto a colaboraciones como músico de estudio o en directo. Así, ha sido un placer poder aportar mi granito de arena a los trabajos de Pablo en Melange y al primer disco en solitario de Pedro. También he vuelto a reencontrarme con Misha Goldfarb y su Estudio Ardilla & Feedback, con quien estoy colaborando de nuevo como músico de sesión y con un par de actuaciones ya programadas acompañando a varios coros de voces blancas. Recientemente he puesto mi guitarra al servicio del 15M en Gijón, participando en la grabación de un CD que podríamos definir como la banda sonora del movimiento. Finalmente, llevo un tiempo grabando temas para el que será mi primer trabajo en solitario, concebido básicamente en formato de dúos con otros músicos, y en el cual me gustaría que estuviesen involucrados todos los miembros de Senogul.

J - ¿Qué otros proyectos habéis compartido bajo el nombre de Senogul?
Eduardo: como grupo hemos desarrollado varias actividades como la creación de Disconsonancia, nuestro propio vehículo para sacar a la luz trabajos discográficos que cuenten con algún miembro del grupo y que lleven una filosofía estética similar (ya tenemos tres entregas publicadas), la configuración del fondo sonoro para la exposición El viaje en tres dimensiones. Fotografía estereoscópica del transporte en Asturias (1900-2008) –realizado a partir de material de estudio ya conocido– o el arreglo y el registro de una pieza inédita en homenaje al músico asturiano fallecido en los 80 Berto “Turulla”, a partir de motivos inspirados en su estilo o procedentes de algunos de sus grupos más representativos.

J - El trabajo Orfeo: a ba-rock opera ¿Fue llevado a escena y/o publicado al final?

Israel: la adaptación de la ópera de Monteverdi L’Orfeo, favola in musica, realizada por el director italiano Massimiliano Toni, fue llevada a escena en verano de 2009, dentro del Festival de Música Antigua de Gijón. Por desgracia, no se conserva una grabación de buena calidad del evento –aunque sí hicimos alguna grabación puntual en estudio a nivel promocional–, por lo que no sería posible publicar material de aquella representación. El evento y sus intensas sesiones de ensayo marcaron un antes y un después en Senogul. La experiencia influyó en la dinámica de trabajo del grupo y nos enriqueció mucho musicalmente. El hecho de tocar bajo la batuta de un director de orquesta, trabajar con partituras, tocar con una sección de cuerdas, grupo de cámara, banda de saxos y cantantes líricos... todo ello supuso un salto de calidad en la banda, nos abrió aún más nuestras miras e hizo que Senogul ganase en matices y sonoridad. Nuestro último trabajo, Senogul III es en cierto modo herencia del trabajo realizado durante aquella intensa primera mitad de 2009.

J - ¿Cuál es vuestra forma de entender el rock progresivo?

Eduardo: es muy complicado definir el rock progresivo, pues depende mucho de lo que quieras explicar. Además, el término ha sido utilizado para definir distintas coyunturas y creo que no se entiende igual lo “progresivo” en los 60 que en los 00, al igual que el propio “rock”. En el caso de Senogul, lo progresivo se entiende como algo actitudinal. Es decir, buscamos trabajar con todas aquellas referencias artísticas que nos motivan y nos rodean, integrándolas en nuestro propio lenguaje y tratando de utilizar dichos códigos (pues al final todo son códigos) en pos de un mensaje universal. Si utilizamos gaitas, guitarras eléctricas o arpas de boca es lo de menos. Vamos al contenido. Me identifico con la idea de trascendencia del arte, la búsqueda de ir más allá. Por otro lado, tampoco me obsesiono con un afán de renovación porque sí. Hay mucha música que no es rompedora pero que puede transmitir una idea o un valor artístico interesante.

J - El segundo trabajo oficial de Senogul fue Concierto de evocación sonora, donde os pasasteis del sinfo-prog al Folk World Music ¿Qué os ha aportado este proyecto tan arriesgado al concepto musical del grupo?

Eduardo: yo destacaré, fundamentalmente, la integración del silencio en nuestra visión musical (notas tenidas cuyo sonido se desvanece de forma natural, ausencia de motor rítmico en algunos pasajes e incluso la propia irregularidad en las repeticiones). Significó mucho, tanto para nuestro proceso auditivo como para plantearnos la composición y la evocación musical desde entonces.

Pablo: nos ha supuesto abrirnos mentalmente a otras dimensiones de la música, un giro de 360º, rompiendo las barreras o clichés del rock en todas sus formas. Con ese disco hemos aprendido mucho, especialmente en cuanto al manejo del sonido en sí y a la utilización del estudio de grabación como un instrumento más. Cabe citar que nosotros no usamos samplers en nuestros discos y que todos los sonidos que se recogen en ellos son grabados por nosotros mismos (por ejemplo los sonidos de pájaros pueden haber sido grabados in situ por nosotros, en un bosque, o simplemente recreados mediante la utilización de reclamos de caza). El haber pasado por este segundo disco, nos ha aportado mayor madurez como compositores e intérpretes.

J - Contadnos cómo han sido esas colaboraciones con la institución finlandesa "Colossus Projects" ¿Es cierto que obligan a utilizar teclados 70's (Hammond, Moog, Mellotron, Fender Rhodes, Grand Piano etc.) nada de loops, ni baterías programadas ni sonidos digitales de los 80's - 90's y que el sonido final fuera los más parecido a Museo Rosenbach, PFM, Banco, Le Orme, Latte e Miele?

Eduardo: es cierto que en la mayoría de estos proyectos suelen mostrar una predilección por el aspecto más vintage de los patrones formales del rock progresivo de los 70. Ellos te envían una serie de instrucciones de lo que buscan para cada proyecto y, en ese sentido, nosotros nos amoldamos. En cualquier caso, en todas nuestras experiencias (muy gratificantes, por cierto), siempre hemos aportado algún elemento típicamente “Senoguliano”, algo que también otorga un matiz más personal en una trayectoria discográfica tan extensa como la de “Colossus Projects”.

Israel: la experiencia con Colossus ha sido muy positiva para el grupo. Nos ha colocado en una nueva tesitura para nosotros, que es el trabajar con unos requerimientos bastante específicos: versionar temas de bandas sonoras de películas italianas de los años 70 (en nuestra colaboración para Cani Arrabbiati: opening themes… a tribute), evocar musicalmente una historia de terror (en The Tales of Edgar Allan Poe: a syNphonic collection) o un cuento de Boccaccio (en Decameron – Ten days in 100 novellas, aún por publicar). A esto se unen unos requerimientos en cuanto a instrumentación y duración de los temas para cada uno de los proyectos.

J - Eduardo, paralelamente y personalmente has colaborado en el disco de The Samurai of Prog ¿En qué consiste esta colaboración?

Eduardo: tras haber participado con dos composiciones propias en Iliad: a grand piano extravaganza, un doble disco grabado exclusivamente con pianos de cola, me propusieron colaborar en este singular disco de versiones de clásicos del rock progresivo. La base de Samurai of Prog son Marco Bernard (antiguo bajista de Elektroshock), Kimmo Pörsti (baterista de Mist Season) y Steve Unruh (voz, guitarra, violín y flauta, miembro de Resistor), sumándose algunos colaboradores de lujo como Roine Stolt, Michael Manring o Jonas Reingold. En mi caso, colaboro junto al guitarrista serbio Srdjan Brankovic (de la banda de metal progresivo Expedition Delta) en una versión de “Jerusalem” (versión, a su vez, de Emerson, Lake & Palmer) con ciertos aromas góspel.

J - Encuentro como señas de identidad de vuestra música la improvisación y ese espíritu libre de vuestra forma de componer. Hay componentes fijos como el sonido étnico, la tímbrica y variedad percusiva, el jazz, el canterbury, el RIO, el rock andaluz... todo esto forma un concepto ecléctico que hace difícil encasillar vuestra apuesta pero en contra a su favor abre el abanico de posibilidades en cuanto al abanico de progfans que os escuche: Supongo que en lo primero os dará igual eso de etiquetar vuestra música pero en lo segundo ¿Qué pensáis de tener un público poco heterogéneo?

Pablo: nuestra música puede resultar incomprensible o poco digerible por la masa en general y suele ser más apreciada entre los músicos y los oyentes experimentados y de mente abierta. No obstante nosotros componemos lo que nos sale del alma, sin preocuparnos de etiquetas o de que podamos llegar a más o menos público. El hecho de que seamos tan inclasificables es un desafío a la hora de vender discos, entrar en ciclos de conciertos, etc. De todos modos, no hace falta entender la música para disfrutar de ella, simplemente hay que sentirla (uno no necesita ser especialista en botánica para pasear por un bosque y disfrutar del paisaje forestal). Dentro del rock progresivo hay muchas corrientes, sub-etiquetas o movimientos; creo que si alguien se cierra únicamente a uno de estos estilos en sus escuchas, difícilmente podría disfrutar de la totalidad de un álbum de Senogul. Por otra parte, es siempre interesante saber qué temas le gustan más a los oyentes del mundo el progresivo. Hay gente que detesta las sonoridades ibéricas y el “Sopa colorá” puede resultarle tedioso; sin embargo otros oyentes afirman que es su pieza favorita del disco. Para gustos, colores, y lo que no le falta a nuestro nuevo disco es precisamente color.

continua...



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