martes, 28 de octubre de 2025

Doping Hornets: "Delirium Dive" (2025)


The Canadian band Doping Hornets delivers a progressive/rock album featuring the genre's most potent characteristics: energy, melody, narrative intensity and a dense sonic texture. 


From the outset with "The Flood" (5:25) to the finale with the epic title track, "Delirium Dive" (9:13), the album takes us on a journey that blends urgency, moments of reflection and atmospheres of progressive angst. 

Tracks such as "Dr Pills" and "Massive Anaesthesia" move between hard-hitting riffs, free-tempo developments and passages of moderate tension that hark back to what the most modern progressive music contributes to the seventies' legacy.

What makes Delirium Dive truly valuable is its balance: on the one hand, the sheer power ("Mechanical Slavery", at almost seven minutes, pulls no punches), and on the other, its ability to show restraint and build atmosphere ("Ruins of Mankind", "Into the Void"). This alternation gives the album a dynamic feel and holds the listener's attention.

The production is crisp but not sterile; you can pick out nuances, layers, and contrasts. And while it's not an album that completely revolutionises the genre, it does so with honesty and conviction. For those of us who follow prog and are keen for "something new" to keep the classic flame alive, this work has a lot to offer.

Ultimately, Delirium Dive is a serious step for Doping Hornets: without abandoning their roots, they strive for refinement, explore the extended structure and show that there is life beyond the established names. It's a listen that deserves attention, both for fans of the genre and for anyone interested in some well-thought-out rock.


En castellano:

La banda canadiense Doping Hornets entrega un álbum de corte progresivo/rock con los rasgos más potentes del género: energia, melodía, intensidad narrativa y textura sonora densa.

Desde el inicio con “The Flood” (5:25) hasta el final con la épica titular “Delirium Dive” (9:13), el disco nos lleva por caminos que mezclan urgencia, espacios de reflexión y atmósferas de angustia progresiva.

Temas como “Dr Pills” o “Massive Anaesthesia” se deslizan entre riffs contundentes, desarrollos de tempo libre y pasajes de tensión moderada que remiten a lo que el progresivo más moderno aporta al legado de los setenta.

Lo que hace realmente valioso a Delirium Dive es su equilibrio: por un lado, la potencia (“Mechanical Slavery” con casi siete minutos no perdona) por otro, la capacidad de contención y construcción de climas (“Ruins of Mankind”, “Into the Void”). Esa alternancia da al disco dinamismo y sostiene la atención.

La producción suena limpia, pero no estéril: se perciben matices, capas, contrastes. Y aunque no se trata de un disco que revolucione por completo el género, sí lo hace con honestidad y convicción. Para quienes seguimos el progresivo con ganas de que “algo nuevo” mantenga la llama de lo clásico, este trabajo tiene mucho que aportar.

En definitiva, Delirium Dive es un paso serio de Doping Hornets: sin abandonar sus raíces, busca el refinamiento, explora la estructura extensa y muestra que hay vida más allá de los nombres consagrados. Una escucha que merece atención, tanto para fans del género como para quienes les interesa un rock bien pensado.


Songs / Tracks Listing


1. The Flood (5:24)

2. Dr Pills (5:41)

3. Ruins of Mankind (4:42)

4. Mechanical Slavery (6:42)

5. Into the Void (4:04)

6. Massive Anaesthesia (6:59)

7. Delirium Dive (9:13)


Total Time 42:45


Line-up / Musicians


- Pierre-Olivier Vachon / guitar

- Jonathan Vézina / vocals

- Christian Reeves Riopel / keyboards

- Sébastien St-Onge / bass

- William Savaria-Lefebvre / drums, flute


Flame Dream: "Elements" (1979/2025) Remasterizado


The news of the re-release and remastering of a Swiss symphonic rock classic like Flame Dream's Elements in the midst of 2025 is, without a doubt, a cause for celebration for nostalgics and an excellent opportunity for newcomers to the world of 70s 'prog'. In its day, this band of omnipresent keyboards and no guitar carved out a small niche of followers, and this 1979 album is considered by many to be their best work.

What made Flame Dream special was, precisely, their ability to evoke the greats of the genre without the main element of rock. Roland Ruckstuhl, at the helm of the keyboards, creates a wall of sound that, in this new version, feels richer and fuller than ever thanks to the remastering. His piano, which recalls Keith Emerson's heavenly cascades in pieces like "Take a Pebble," now sounds even more ethereal, and his Moog has an arpeggio and presence worthy of the best of Yes.

The album, a concept disc about the four elements, opens with (1) "Sun fire," where the majestic mellotron and synthesizers create a delicate yet epic atmosphere. Next, in (2) "Sea monsters," the more seasoned will notice a Hammond motif that evokes Genesis, although the band adds its personal touch with a more adapted synthesizer solo and a somewhat irregular rhythm. The voice, which at times recalls the Peter Gabriel of the era or the singer of Fruupp, moves with ease among the instrumental passages. 
(3) "Earth songs" is perhaps the most avant-garde piece of the set, with Peter Wolf's flute and saxophone taking more prominence, which gives it an air of Van der Graaf Generator and a slight Canterbury tint, albeit with the musicality of Happy the Man. The work following with the crown jewel, (4) "A poem of dancing," an elegant composition with very advanced piano passages that, towards the end, evokes Genesis' "Afterglow."

The sound of this remastering is, quite simply, first-rate. John Acock's work on the original production was already remarkable for its time, but the new polishing brings out all the details that were lost in previous editions. Ultimately, while Flame Dream did not invent the wheel, they were able to masterfully exploit the genre in a hostile era for progressive rock. This album, which sounds convincing and natural, is a true forgotten classic of symphonic prog, and the 2025 re-release is the perfect time to rediscover it. It's like manna from heaven for fans of the purest prog and, without a doubt, an album that will be on many of the year-end 'top tens.

En castellano:
La noticia de la reedición y remasterización de un clásico del rock sinfónico suizo como Elements de Flame Dream en pleno 2025 es, sin duda, un motivo de celebración para los nostálgicos y una excelente oportunidad para los recién llegados al mundo del 'prog' setentero. En su día, esta banda de teclados omnipresentes y sin guitarra se ganó un pequeño nicho de seguidores, y este disco de 1979 es considerado por muchos su mejor obra.
Lo que hacía a Flame Dream especial era, precisamente, su habilidad para evocar a los grandes del género sin el elemento principal del rock. Roland Ruckstuhl, al mando de los teclados, crea un muro de sonido que, en esta nueva versión, se siente más rico y pleno que nunca gracias a la remasterización. Su piano, que recuerda a las cascadas celestiales de Keith Emerson en piezas como "Take a Pebble", ahora suena aún más etéreo, y su Moog tiene un arpegio y presencia digno de los mejores Yes.
El álbum, un disco conceptual sobre los cuatro elementos, se abre con (1) "Sun fire", donde el majestuoso mellotrón y los sintetizadores crean un ambiente delicado y a la vez épico. A continuación, en (2) "Sea monsters", los más avezados notarán un motivo de Hammond que evoca a Genesis, aunque la banda añade su toque personal con un solo de sintetizador más adaptado y un ritmo algo irregular. La voz, que en ocasiones recuerda al Peter Gabriel de la época o al cantante de Fruupp, se mueve con soltura entre los pasajes instrumentales.
(3) "Earth songs" es quizá la pieza más vanguardista del conjunto, con la flauta y el saxofón de Peter Wolf tomando más protagonismo, lo que le da un aire a Van der Graaf Generator y un ligero tinte Canterbury, aunque con la musicalidad de Happy the Man. El trabajo sigue con la joya de la corona, (4) "A poem of dancing", una composición elegante con pasajes de piano muy avanzados que, hacia el final, evoca a "Afterglow" de Genesis.
El sonido de esta remasterización es, simplemente, de primer nivel. El trabajo de John Acock en la producción original ya era notable para la época, pero el nuevo pulido saca a relucir todos los detalles que se perdían en ediciones anteriores. En definitiva, si bien Flame Dream no inventó la rueda, supo exprimir el género de forma magistral en una época hostil para el progresivo. Este álbum, que suena convincente y natural, es un auténtico clásico olvidado del sinfónico, y la reedición de 2025 es el momento perfecto para redescubrirlo. Es como maná caído del cielo para los fans del prog más puro y, sin duda, un disco que estará en muchos de los 'top ten' de fin de año.
Songs / Tracks Listing
1. Sun Fire (9:53)
2. Sea Monsters (13:31)
3. Earth Song (6:53)
4. A Poem of Dancing (13:10)
5. Savate? Nose (1:26)

Total Time 44:53

Line-up / Musicians
- Roland Ruckstuhl / keyboards, tapes
- Peter Wolf / woodwinds, saxophones, vocals
- Urs Hochuli / bass, bass pedals, vocals
- Peter Furrer / drums & percussion

domingo, 26 de octubre de 2025

Lars Fredrik Frøislie: "Quattro Racconti" (2025)


Lars Fredrik Frøislie – Quattro Racconti (2025)


¿Queda algo por decir del progresivo escandinavo de la vieja escuela? Pues sí. Lars Fredrik Frøislie vuelve a demostrarlo con Quattro Racconti, una versión completamente nueva —y en italiano— de su extraordinario debut Fire Fortellinger (2023).


Aquel primer disco ya fue toda una celebración del sinfonismo analógico más puro: Hammond, Mellotron, Moog, Chamberlin… una oda a la calidez y al detallismo de los años setenta, que bebía directamente de los clásicos pero con sello propio. Ahora, con Quattro Racconti, Frøislie da un paso más allá y convierte su homenaje en un verdadero acto de amor hacia el prog italiano, una de sus grandes pasiones.

El detonante fue la grabación de “Un posto sotto il cielo”, versión italiana de “Et sted under himmelhvelvet”, publicada en 2024 como vinilo de 10”. En ella, Frøislie contó nada menos que con Stefano “Lupo” Galifi, la voz legendaria de Museo Rosenbach. La química fue tal que, meses después, aprovechando una visita a Italia durante un festival de Wobbler, Lars y Galifi decidieron completar juntos el proyecto: grabar todas las voces del álbum en italiano.

El resultado es sencillamente impresionante.

El material mantiene la estructura y el espíritu del original, pero la interpretación de Galifi transforma por completo su carácter. Su voz, ligeramente rasgada pero llena de fuerza y alma, aporta una dimensión emocional y teatral que acerca el disco al universo mediterráneo de Banco, Le Orme o Museo Rosenbach, sin perder el sello nórdico, introspectivo y melancólico que distingue a Frøislie.

El propio Lars lo explica así:

“Cuando escribí Et sted under himmelhvelvet, imaginé una versión italiana con la voz de Galifi. Siempre ha sido uno de mis cantantes favoritos. Me emociona que haya aceptado cantar en este disco y que siga sonando igual de potente y lleno de alma que hace cincuenta años. Escuchar una voz que he amado toda mi vida interpretando mis propias canciones ha sido algo a la vez surrealista y profundamente conmovedor.”

Esa emoción se nota en cada nota. Quattro Racconti no es una simple traducción: es una reinterpretación completa, una nueva lectura que une la sensibilidad escandinava con la expresividad italiana. Los arreglos suenan más cálidos, más narrativos; los paisajes sonoros tienen un aire cinematográfico y casi espiritual.


Frøislie vuelve a demostrar su maestría con los teclados vintage, recreando atmósferas que podrían haber salido de un estudio de 1973, pero con una producción impecable y moderna. Cada instrumento está tratado con mimo, cada textura tiene sentido. Y la voz de Galifi eleva todo a otro nivel: el de la emoción pura.

En definitiva, Quattro Racconti es un encuentro entre generaciones y geografías, un puente entre los fiordos noruegos y los Apeninos italianos, entre la nostalgia y la renovación. Un trabajo que reafirma a Lars Fredrik Frøislie como uno de los grandes alquimistas del progresivo actual, y que nos recuerda que este género sigue vivo, evolucionando con respeto y pasión.

Grandioso trabajo.

Formación:

Lars Fredrik Frøislie – Hammond C3, Mellotron M400, Minimoog D, Chamberlin M1, Hohner Clavinet D6, spinet, Yamaha electric piano, ARP Axxe & Pro Soloist, Solina String Ensemble, Rhodes MKII, Wurlitzer 200, tremoloa (zither), flauta dulce, batería y voces.

Con:

Nikolai Hængsle – bajos eléctricos Fender y Rickenbacker

Stefano “Lupo” Galifi (Museo Rosenbach) – voz


viernes, 3 de octubre de 2025

Ring van Möbius: "Firebrand" (2025)


 Ring van Möbius – Firebrand (2025)

Firebrand | Ring Van Möbius

Ring Van Möbius – Firebrand (2025)

The Norwegians are back with Firebrand and, to be fair, this one sounds rather solid. They stick to their guns: that vintage prog spirit straight out of the early ’70s, full of Hammond warmth, Moog squiggles and a whiff of ELP, Crimson and VDGG. But the key point is, it doesn’t come across as a cheap pastiche. There’s genuine affection for the sound, and a sense of purpose.


The album kicks off at a leisurely pace, making it clear they’re not in a rush. Long passages, steady build-ups, and that curious feeling you’ve just stumbled upon some lost vinyl from ’73. The centrepiece, “Firebrand Suite”, does most of the heavy lifting: moody twists, symphonic swells, darker turns – all stitched together with a confidence that feels earned.

The strengths? Tight playing, a proper sense of drama, and a band that sounds truly locked-in. The drawbacks? At times they lean a little too heavily on the same tricks, and you might catch yourself glancing at the clock during certain stretches.

Still, if you’re after prog that’s proudly old-school, drenched in keyboards and utterly unashamed of sounding retro, this will do nicely. To my ears it’s a step up from their previous outing – more mature, more weighty. Just don’t come expecting cutting-edge innovation; Firebrand is all about nostalgia done right, and in that regard Ring Van Möbius nail it.

Recommended for those who still swoon over Trilogy, early Greenslade, or the darker corners of VDGG.

In spanish.

Los noruegos vuelven a la carga con Firebrand y, oye, la cosa suena bastante seria. Estos muchachos siguen en su línea de rescatar el progresivo setentero más añejo, ese que huele a Hammond calentito, a Moog analógico y a Crimson, ELP y compañía, pero sin sonar a copia barata. Aquí hay mimo, hay respeto y sobre todo hay ganas de sonar actuales dentro de ese marco.

El disco arranca con un corte que te deja claro que lo suyo no es la prisa. Pasajes largos, desarrollos que se cocinan a fuego lento y esa sensación de estar escuchando un vinilo perdido del 73. El tema largo, “Firebrand Suite”, es el corazón del trabajo, con sus quiebros, sus cambios de humor y esa manera tan suya de pasar de lo sinfónico a lo más oscuro sin que chirríe.

Lo bueno: suenan compactos, inspirados y con un punto de dramatismo que engancha. Lo no tan bueno: a veces da la impresión de que se recrean demasiado en los mismos recursos y puede que algún oyente acabe mirando el reloj.

Pero vamos, si te gusta el progresivo con sabor añejo, con teclados de verdad y sin miedo a sonar “anticuados”, este disco te va a dar muchas alegrías. A mí me ha parecido un paso adelante respecto a su anterior, más maduro y con más empaque. Eso sí, si esperas modernidad o riesgo extremo, aquí no lo vas a encontrar. 

Esto va de nostalgia bien entendida, y en eso Ring Van Möbius lo clavan.

Recomendado para los que aún suspiran con Trilogy de ELP, el primer Greenslade o las atmósferas más densas de VDGG. Escuchar Firebrand es como acercarse lentamente a una hoguera crepitante: primero percibes el calor lejano, después notas el fuego danzar en las brasas. Ring van Möbius ha creado en este disco un paisaje sonoro que arde en matices, no en estridencias.

pic


01. Firebrand 09:33
02. The Fever 13:32
03. False Dawn 24:42

Músicos:

Thor Erik Helgesen: Vocals, Spectral Modular Synthesis System, Hammond L100, Steinway grand piano, Fender Rhodes piano, Yamaha upright piano, Mellotron, Yamaha YC-20, tape flanging, tape-loops through Korg MS20

Dag Olav Husås: Tubular bells, timpani, chimes, drums, glockenspiel, gong, cymbals

Håvard Rasmussen: Fender Electric Bass VI, Roland Space Echo, Moog Ring Modulator, Geilo flathead screwdriver, cello bow



jueves, 2 de octubre de 2025

Sigilu: "Beta" (2025)


Beta | Sigilu

Listening to Beta is like stepping into a mirror where distortion and silence reflect each other. Galician trio Sigilu have delivered a record that refuses to be background noise; it pulls you in, demands you walk its corridors, and leaves you with the echo of your own questions.


From the opening Neuropa, the music expands and contracts like a living organism. Guitars throb with urgency, the bass grinds as if chiselling stone, and the drums shift from heartbeat to earthquake in a matter of seconds. This isn’t virtuosity for its own sake, but a dialogue — a tension between collapse and rebuilding, between fury and contemplation.

The lyrics, sung in Spanish, cut through the layers of sound with disarming clarity. They speak of alienation, of a society drowning in mirrors and markets, of the struggle to remain human in an age that erases us with the flick of a screen. They don’t offer answers; instead, they leave wounds open, as art should.


Beta carries traces of Tool’s ritual intensity and The Mars Volta’s feverish dynamism, yet it avoids the trap of pastiche. What Sigilu achieve here is a sense of identity — progressive not as a nostalgic label, but as an act of resistance, of searching for new ways to tell stories through sound.

This is not an easy record. It resists immediacy, it pushes back against casual listening. But those who surrender to its weight will find themselves in a space both intimate and immense, where silence has as much power as noise. In the end, Beta is less an album and more a rite of passage: proof that Sigilu have crossed a threshold, and that whoever listens with open ears will not come back unchanged.

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La banda gallega Sigilu nos sorprende con Beta, su segundo trabajo largo tras Singularidad o barbarie (2017). Formados por Nacho Cuesta (guitarras y voces), Ángel Boquete (bajo) y Pablo Saavedra (batería), este trío demuestra que el progresivo español sigue vivo y con propuestas que se alejan de lo acomodaticio.



Estamos ante un álbum de unos 50 minutos repartidos en nueve cortes, que van desde los desarrollos largos y tensos hasta pasajes más breves y atmosféricos. Ya con el tema inicial, Neuropa, de más de ocho minutos, queda claro que aquí no se juega a lo inmediato: riffs pesados, ambientes densos y cambios de tempo que recuerdan a los Tool más hipnóticos, pero con un sello propio en la manera de introducir silencios y contrastes.

La música de Sigilu oscila entre la contundencia del hard rock moderno, la densidad del metal alternativo y la experimentación del progresivo. Hay ecos de The Mars Volta en los giros inesperados y en la electricidad casi caótica de algunos pasajes, pero también un gusto por la atmósfera oscura y repetitiva, que se convierte en un recurso expresivo más que en un adorno.

El bajo de Boquete tiene un peso central, no solo sosteniendo, sino marcando direcciones y tensiones. La batería de Saavedra resulta especialmente flexible, capaz de pasar de ritmos contenidos a explosiones con gran naturalidad. La guitarra de Cuesta, siempre cargada de efectos y distorsión, aporta el color dominante del disco, y su voz en castellano añade una cercanía poco habitual en el género.


En el aspecto lírico, Beta aborda la alienación contemporánea, la voracidad del mercado y la deshumanización tecnológica. No son letras complacientes ni fáciles; su tono crítico y a veces críptico encaja con la densidad de la música y potencia el conjunto.

La producción es notable: Arturo Vaquero, junto al propio Cuesta, consigue un sonido robusto y equilibrado, donde cada instrumento conserva su fuerza sin enmascarar al resto. También destaca el cuidado en el arte gráfico, en consonancia con la propuesta conceptual del álbum.

Beta no es un disco sencillo ni accesible a la primera escucha. Exige atención, paciencia y predisposición a dejarse llevar por climas oscuros y contrastes sonoros. Pero tras varias vueltas, se revela como un trabajo coherente, ambicioso y con identidad propia. Un paso adelante claro en la trayectoria de Sigilu, que se sitúa ya como una de las propuestas progresivas más interesantes de nuestro país.

Temas:

1. Neuropa 08:16

2. Gracias y Perdón 05:56

3. Sagitario A* 06:38

4. Tribu Virtual 04:26

5. Señal|Ruido 05:49

6. Lloviembre 05:00

7. [i.4] 05:26

8. Concursología 05:21

9. Epílogo 03:16


Músicos:

- Nacho Cuesta: Guitarras, voz

- Pablo Saavedra: Batería

- Ángel Boquete: Bajo

domingo, 28 de septiembre de 2025

Bakelit: "No Fear of Drowning" (2025)

 


Bakelit – No Fear of Drowning (2025)

The Swedish group Bakelit returns in 2025 with No Fear of Drowning, an album that confirms the strength of a sound sitting somewhere between contemporary prog, post-rock, and sonic experimentation. If their debut drew attention for its freshness and boldness, this new release shows that the band has reached a remarkable level of compositional and conceptual maturity.

The record unfolds across six tracks that feel like movements of a single piece. From the opener “Below the Surface”, where clean guitars and ethereal atmospheres echo Carptree—unsurprising given the shared keyboardist, though here with a more introspective tone—to the extended “Undercurrents”, stretching past 15 minutes, the band strikes a balance between ambient passages and bursts of progressive energy.


Musically, Bakelit handle dynamics with ease: precise riffs, bass lines that add weight, and drumming that shifts seamlessly between restraint and power. The use of analog synthesizers gives the music an organic, retro feel, evoking both the pioneers of 70s symphonic prog and the modern sensibility of acts like Carptree or even shades of David Bowie.

Lyrically, the album takes water as a metaphor for transformation and resilience, exploring human fragility in the face of fear while also celebrating adaptability and flow. Tracks like “Tidal Memory” and “The Last Breath” provide a narrative thread that deepens the conceptual impact.

What stands out most about No Fear of Drowning is its refusal to indulge in the excesses often associated with the genre. Instead of gratuitous grandeur, the album offers an emotional journey driven by nuance and atmosphere. Some listeners may miss bolder twists or extreme technical displays, but the focus on clarity and emotional resonance makes this one of the most compelling progressive releases to emerge from Europe in 2025.

In Spanish...

El grupo sueco Bakelit regresa en el 2025 con "No Fear of Drowning", un trabajo que confirma la solidez de una propuesta situada entre el prog contemporáneo, el post-rock y la experimentación sonora. Si su debut despertó atención por la frescura y el riesgo, este nuevo álbum demuestra que la banda ha alcanzado un grado de madurez compositiva y conceptual notable.

El disco se articula en seis cortes que funcionan casi como movimientos de una misma obra. Desde la apertura con “Below the Surface”, donde guitarras limpias y atmósferas etéreas recuerdan a Carptree, no obstante en los teclados se encuentra un miembro del mismo, aquí suenan más introspectivos, hasta la extensa “Undercurrents”, que supera los 15 minutos, el grupo logra un equilibrio entre pasajes ambientales y estallidos de energía progresiva.


Musicalmente, Bakelit maneja con soltura la dinámica: riffs precisos, líneas de bajo que aportan cuerpo y una batería que oscila entre la contención y la contundencia. El uso de sintetizadores analógicos añade un carácter orgánico y retro, evocando tanto a los pioneros del prog sinfónico de los 70 como a la sensibilidad moderna de bandas como CarpTree o David Bowie.

En lo lírico, el álbum aborda el agua como metáfora de transformación y resiliencia, explorando la fragilidad humana frente al miedo, pero también la capacidad de fluir y adaptarse. Temas como “Tidal Memory” y “The Last Breath” dotan al conjunto de una narrativa cohesionada que potencia la experiencia conceptual.

Lo más destacable de No Fear of Drowning es que evita los excesos habituales del género: no busca la grandilocuencia gratuita, sino un viaje emocional sostenido por el detalle y la atmósfera. Si bien puede que algunos echen en falta giros más arriesgados o complejidad técnica extrema, la apuesta por la claridad y el impacto emocional convierte a este disco en uno de los lanzamientos más interesantes del prog europeo en 2025.

Temas:

1. From the Underground 07:49

2. Moment of Peace 05:15

3. We still hate you 06:23

4. Weak immature agressive 07:20

5. No Fear of Drowning 06:00

6. Bombs in My Head 06:25

Músicos:

- Carl Westholm – Electric piano, organ, synthesizers, bass, theremin, vocoder, and background vocals

Öivin Tronstad – Lead and background vocals

Cia Backman – Lead and background vocals

Jonas Källsbäck – Drums

Ulf Edelönn – Guitars


Flame Dreams : "Out In The Dark" (1981) Remastering (2025)


Con motivo de la reciente remasterización producida de forma independiente con la ayuda de Michael Brändli en Hardstudios, Winterthur (Suiza), vale la pena volver a detenerse en este trabajo originalmente publicado por VERTIGO (Phonogram) y que, pese al paso de los años, conserva un encanto particular dentro del rock sinfónico europeo.


Flame Dream, banda suiza poco conocida fuera de su país, se distinguió en sus inicios por una singularidad: carecían de guitarra eléctrica, recurso sustituido con instrumentos de viento —principalmente saxofón y flauta—, hasta que en "Out of the Dark" decidieron dar un giro e incorporar al guitarrista Dale Hauskins.


La música del grupo bebe directamente de las fuentes más clásicas del progresivo setentero, con influencias evidentes de Gentle Giant, Genesis y Yes, aunque en este álbum aparecen destellos que evocan también a Alan Parsons Proyects o incluso a Queen.

El disco se abre con la alegre (1) "Full Moon", pieza que me recuerda inevitablemente a la complejidad compositiva de "Knots" de Gentle Giant y en algo al "Pyramid" de Alan Parsons Projects. Le sigue (2) "Nocturnal Flight", balada con alta carga emotiva y estructura de música clásica, con similitudes a "Nous sommes du Soleil" de Yes.

El tema (3) "Out in the Dark" explora territorios algo más personales, aunque no exentos de guiños, la incorporación de vientos, nos trae recuerdos de "Firth Of Fifth" y no dejar de mencionar este toque jazz rock latino alegre del final. 

En (4) "Wintertime Nights" introducido a lo Alan Parsons Project, reaparece el homenaje a Gentle Giant, antes de dar paso a la suite final "Strange meeting", dividida en tres partes. Aqui es donde Flame Dream alcanza sus momentos más inspirados,desarrollos instrumentales que, aunque ingenuos en ocasiones, muestran un notable pulso sinfónico con reminiscencias a Genesis. Destacan especialmente las melodías recurrentes y el protagonismo de los teclados de Roland Ruckstuhl, inequívocamente cercanos al estilo de Tony Banks.


En conclusión, Out of the Dark es un trabajo curioso y entrañable: músicos virtuosos en la ejecución, pero con una cierta candidez en la escritura, que nos entregan una primera parte marcada por claras referencias a Gentle Giant y Yes, para desembocar en una suite sinfónica de espíritu muy Genesis. Una obra que, aun con cierta ingenuidad compositiva, resulta finalmente encantadora y cuya nueva remasterización permite redescubrirla con renovado brillo.

Temas:

1.- Full Moon (5:22)

2.- Nocturnal Flight (5:33)

3.- Out in the Dark (9:29)

4.- Wintertime Nights (4:04)

5.- Strange Meeting (16:34)

- Part One

- Kaleidoscope 

- Part two


Músicos

- Pit Furrer / drums, percussion, tapes

- Urs Hochuli / bass, bass pedals, vocals

- Roland Ruckstuhl / keyboards, sequencer, vocoder

- Peter Wolf / vocals, flute, saxophones, percussion

and

- Dale Hauskins / electric guitar


Credits:
Music, arrangements, orchestration: Roland Ruckstuhl
Lyrics:
FULL MOON: a poem by Robert Graves
NOCTURNAL FLIGHT: written by Peter Wolf
OUT IN THE DARK: a poem by Edward Thomas
WINTERTIME NIGHTS: a poem by Thomas Hardy
STRANGE MEETING: a poem by Wilfred Owen
Cover art: Urs Hochuli
Pit Furrer plays PAISTE cymbals and gongs
Special thanks: Dale Hauskins, Patrick Moraz, Jean Ristori, John Acock, Kevin Metcalfe

Rehearsals: @theEDEN mobile – summer 1980
Analogue recordings: John Acock and Jean Ristori
@Aquarius Studios Geneva/Switzerland – November 1980
Mixing: John Acock@Aquarius – produced by John Acock & FLAME DREAM
Original mastering vinyl LP: Kevin Metcalfe/Utopia Studios London
Photos: Urs Hochuli/Wada Jossen
Copyright music/lyrics: SUISA 1980
Original release date LP: January 1981
Label: VERTIGO (Phonogram) STEREO 6367 016
Re-release CD-digipack – thanks:
Digital mastering: Michael Brändli/Hardstudios Winterthur/Switzerland
Coordination, guidance and support: Urs Käch/FLAME DREAM MUSIC

This album OUT IN THE DARK is an independent production © 2025

sábado, 16 de agosto de 2025

Dream Theater: "Parasomnia" (2025)

  


The return of Mike Portnoy to Dream Theater had generated enormous expectations, but Parasomnia ultimately feels like the band chose to play it safe rather than take risks. Marketed as a concept album about sleep disorders, the narrative comes across as vague, and the songs—despite their length and supposed epic scope—often feel unnecessarily stretched.


Musically, the record delivers what one expects from Dream Theater: technical virtuosity, heavy riffs, lush keyboards, and sprawling progressive suites. However, much of the material sounds recycled from past ideas. The instrumental passages, far from surprising, tend to repeat overly familiar and predictable formulas.

James LaBrie’s vocals don’t do much to elevate things either. While there are moments where he fits the music, his range now feels increasingly limited, draining drama from a concept that demanded greater intensity. Even Portnoy, though energetic behind the kit, seems confined to an overly rigid script.


John Petrucci’s production is technically flawless, yet cold and sterile: everything sounds polished and meticulously controlled, but without the rawness or edge that once made the band such an unstoppable progressive force.

In the end, Parasomnia is a professional and well-executed record, but one lacking the creative spark that many fans hoped for from Portnoy’s much-hyped return. Dream Theater deliver the basics, but fail to excite or innovate. For some fans that may be enough, but for those expecting a work that would mark a bold new chapter in the band’s career, the result will likely feel disappointing.

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El regreso de Mike Portnoy a Dream Theater había generado enormes expectativas, pero Parasomnia deja la sensación de que la banda ha preferido apostar por la seguridad antes que arriesgar. Aunque se presenta como un álbum conceptual sobre los trastornos del sueño, la narrativa resulta algo vaga y las canciones, pese a su duración y pretensión épica, en ocasiones parecen estiradas más de lo necesario.


Musicalmente, el disco ofrece lo que se espera de Dream Theater: virtuosismo técnico, riffs pesados, teclados exuberantes y largas suites progresivas. Sin embargo, gran parte del material suena reciclado de ideas pasadas. Los pasajes instrumentales, lejos de sorprender, tienden a repetir fórmulas demasiado conocidas y previsibles.

Las voces de James LaBrie tampoco ayudan: aunque hay momentos correctos, su registro se percibe cada vez más limitado, lo que resta dramatismo a un concepto que pedía una interpretación más intensa. Incluso Portnoy, pese a aportar energía en la batería, parece atrapado en un guion demasiado rígido.

La producción de John Petrucci es impecable en lo técnico, pero transmite frialdad: todo suena pulido y controlado, sin el riesgo ni la crudeza que alguna vez hicieron de la banda una fuerza imparable dentro del progresivo.


En resumen, Parasomnia es un disco profesional y bien ejecutado, pero carente de la chispa creativa que muchos esperaban del “retorno histórico” de Portnoy. Dream Theater cumple con lo básico, pero no logra emocionar ni innovar. Para algunos fan será suficiente, pero para quienes buscaban una obra que marcara una nueva etapa en la carrera del grupo, el resultado puede sentirse decepcionante.

Temas:

1. In The Arms Of Morpheus [5:22]

2. Night Terror [9:53]

3. A Broken Man [8:30]

4. Dead Asleep [11:05]

5. Midnight Messiah [8:01]

6. Are We Dreaming? [1:25]

7. Bend The Clock [7:26]

8. The Shadow Man Incident [19:35]


A.C.T: "Eternal Winter" (2025)

 


A.C.T – Eternal Winter (2025)


On August 8, 2025, under the Actworld label, Swedish band A.C.T unveiled their latest work — a concise album running just over half an hour, released in the middle of a blazing summer yet centered thematically around winter landscapes and family ties.

The band remains true to their distinctive style, full of bright melodies, intricate vocal harmonies, and those cinematic and theatrical arrangements that have always set them apart. However, compared to their previous records, this new effort feels more restrained: there is less compositional risk, fewer abrupt rhythmic shifts, and a step away from the kind of grand symphonic statements that once defined their sound.

The result is a record that leans on melodic clarity and pop-prog elegance, while toning down the more overt progressive-metal edge. With this release, A.C.T seems to embrace maturity and expressive simplicity, keeping their identity intact yet favoring directness and charm over complexity.

                             

El 8 de agosto de 2025, bajo el sello Actworld, los suecos A.C.T presentaron su nuevo trabajo, un álbum breve, poco más de media hora, que llega con temas invernales y familiares en plena ola de calor de este verano 2025.


El grupo mantiene su estilo característico, con melodías luminosas, armonías vocales elaboradas y esos arreglos de aire cinemático y teatral que siempre han distinguido su propuesta. Sin embargo, frente a discos anteriores, se percibe un enfoque más sobrio: hay menos riesgo compositivo, menor presencia de cambios rítmicos abruptos y una renuncia a las grandes epopeyas sinfónicas.


El resultado es un trabajo más contenido y melódico, que se apoya en la elegancia pop-progresiva de la banda, dejando de lado la faceta más cercana al metal progresivo. A.C.T. parece optar aquí por la madurez y la sencillez expresiva, sin renunciar a su sello, pero apostando por la claridad y el encanto directo de las canciones.



Тemas:

• 01. Eternal Winter Intro (0:49)

• 02. The Family (3:51)

• 03. A New Beginning (3:27)

• 04. When Snow Was White (3:19)

• 05. Waiting for the Sun (3:07)

• 06. This Special Day (3:59)

• 07. Signs (4:00)

• 08. Home (7:32)

• 09. The Big Parade (2:23)


Line Up:

- Peter Asp / electric & synth basses

- Thomas Lejon / drums

- Ola Andersson / lead & backing vocals, electric & acoustic guitars

- Herman Saming / lead & backing vocals

- Jerry Sahlin / lead & backing vocals, synthesizers, sound effects